Los árabes lo llaman "arak". Aunque se supone que los musulmanes no consumen bebidas alcohólicas por su religión, historiadores e investigadores le atribuyen el descubrimiento del proceso de destilación a alquimistas árabes en el siglo 13. De hecho la palabra alcohol se deriva del árabe "al-kohl".
De todos los países que hablan árabe, el Líbano tiene la reputación de producir el mejor "arak". El "arak" es perfecto para acompañar la "mezza" (pequeños platos o aperitivos de la cocina árabe). El ritual para beber esta deliciosa bebida es a través de pequeño vasos que deben ser utliizados una sola vez, cada nueva bebida debe ser servida en otro vaso. La forma correcta de servirlo es virtiendo el "arak" primero, seguido de agua y finalmente hielo. Al añadirle agua al "arak" ocurre un proceso de emulsificación de los aceites del anís, provocando que la solución se torne de color blanco.
Su homólogo en Turquía es el "raki" (que se pronuncia "roka"), donde es la bebida nacional. En el lenguaje coloquial de Turquía, "aslan" (león) es una metáfora de un hombre bravío, fuerte. De aquí que se llame la "leche de león". Parea excelentemente con mariscos, queso feta, melón y arúgula fresca.
La etiqueta en la mesa dicta que el brindar con "raki" los vasos deben tocarse en el fondo y no en el borde. Tocar el vaso de otro comensal con el borde es sinónimo de decir que "me creo mejor que tu." También se acostumbra luego de brindar dar un toque ligero en la mesa con el vaso en honor al recuerdo de una persona que desearía estuviera sentado en la mesa.
Tuvimos la oportunidad de degustar el "arak" en el restaurante Jerusalem, hecho por las manos del Chef Issa Saba. La bebida es sumamente refrescante, dulce y aunque potente, es la excusa perfecta para saborearlo entre amigos disfrutando de una buena conversación. Si están tentados vean el siguiente video: